El síndrome de Asperger es un trastorno del neurodesarrollo que se encuentra dentro del espectro autista. Se caracteriza por dificultades en la comunicación social, patrones de comportamiento repetitivos y áreas de interés restringidas y específicas. Las personas con síndrome de Asperger tienden a tener un desarrollo del lenguaje normal o incluso avanzado, pero pueden presentar dificultades para comprender y utilizar el lenguaje de manera socialmente adecuada.
Algunas características comunes del síndrome de Asperger incluyen:
1. Dificultades en la interacción social, como dificultades para entender las señales sociales no verbales, dificultades para establecer amistades y preferencia por la rutina y la predictibilidad en las interacciones sociales.
2. Patrones de comportamiento repetitivos o restrictivos, como adherencia estricta a rutinas y rituales, interés obsesivo en temas específicos y movimientos repetitivos del cuerpo.
3. Intereses intensos y específicos en áreas particulares del conocimiento, como la astronomía, la matemática, la música o los trenes.
4. Sensibilidad sensorial, que puede manifestarse en hipersensibilidad o hiposensibilidad a estímulos sensoriales como el sonido, la luz, el tacto o el sabor.
Es importante tener en cuenta que el síndrome de Asperger ya no se diagnostica como una entidad separada en muchos sistemas de clasificación diagnóstica, como el DSM-5, que lo ha incluido dentro del espectro autista bajo el término Trastorno del Espectro Autista (TEA). Sin embargo, la distinción entre el síndrome de Asperger y otras formas de TEA puede seguir siendo relevante en algunos contextos clínicos y educativos.
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